La India… ¿Cómo es la India?… No se puede explicar, tienes que vivir la experiencia.
La India… ¿Cómo es la India?… No se puede explicar, tienes que vivir la experiencia.
Lo primero que sientes al llegar, nada más salir del control de pasaporte es cientos, miles de miradas dirigidas hacia ti con curiosidad, y la siguiente sensación es calor.. Calor húmedo, agobiante, aunque llueva, el agua es caliente, el aire es caliente, todo produce calor.
Primer transporte, un taxi, uno se piensa, un taxi siempre es un taxi, si, pero aquí en la India no se conduce como estamos acostumbrados, no existen las señales, ni los cedas, ni stop, los semáforos están de adorno al igual que los intermitentes, si tienes un transporte en la India lo que más preocupación te ha de llevar es que te suene el «pito» .
Esta experiencia era basada en retos, el reto de la comida, del transporte, de la comunicación, etc.
Día 1, paseo por el barrio, uno de los mejores de Nueva Delhi, hay que verlo y después comparar con otros para convencerte que es uno de los mejores.
Nos adentramos en un parque, como no, con mucha gente paseando, porque una de las características de esta ciudad es, que jamás te encontrarás solo en una calle, hay miles de indios por miles de sitios, da igual donde te dirijas o que hora sea, siempre encontrarás a alguien.
Después de ahí, se nos presenta un nuevo reto, encontrar un transporte que nos acerque a otra zona, los famosos Rickshaw unos pequeños triciclos- motos, por definirlos de alguna forma, los cuales se mete por todas partes, y cuando digo todas partes es por cualquier rincón, tienes que negociar el precio y fiarte que te lleven al sitio que les dices. Es toda una aventura montarte en ellos, sobre todo porque la circulación aquí es más que un kaos, por una misma carretera pueden estar circulando, una vaca, personas, carros, bicis, motos, coches, camiones, autobuses, gente tirando de un carro, Rickshaw y todo lo que te puedas imaginar, y si a eso le sumas que no hay ley, se puede uno hacer a la idea que el viaje puede llegar a ser movidito.
Una vez en el centro, o al menos así lo ubico yo, por centrarme en algún lado en esta ciudad, visitamos el instituto Cervantes, ahí te das cuenta que la lengua española es muy querida por esta gente, les gusta aprenderla y saber hablar. El siguiente reto por decirlo de alguna manera, la comida, en este punto a mi me dieron una gran lección y es la que aplico, la ignorancia hace la felicidad, si, nunca mejor dicho, pedir, probar y no juzgar, si no aplicas esto, morirás de hambre. ¿La comida pica? Si y mucho y aunque digan que no pica, pica, consejito, después tomarte un sweet lassie, buenísimo una especie de yoghurt en batido que te quitara todo el picor.
Suena muy típico y a veces cansino pero es una realidad, India es un país de contrastes, puedes estar por una avenida donde a tu derecha ves casas alucinantes con su portero y sus cochazos en la puerta, y al otro lado chabolas o cuatro palos y un toldo donde duermen 10 personas que buscan la comida en la basura, así que si mucho contraste en muy poco espacio.
Suena muy típico y a veces cansino pero es una realidad, India es un país de contrastes…
Cuando te adentras en cualquier parque, templo, o espacio donde se encuentre un monumento, la perspectiva cambia, ves familias paseando, y silencio, si, silencio, parece tonto pero estar en la calle y no escuchar un pitido de cualquier transporte es que te has quedado sordo, las zonas están limpias, no hay suciedad por ningún lado y hay orden, cosa que no sucede cuando sales de estos espacios, es como transportarse a otro lugar, en las calles suciedad, ruido, malos olores, otro tema a comentar, al principio cuando llegas te huele a curry o a kebab una vez pasadas las horas de rigor, la India huele a muchas cosas y ninguna buena. Olores fuertes, especias, comida, basura, sudor, humanidad en si, humedad, contaminación, en conclusión una mezcla de olores fuertes indescriptible.
Por último una sensación de sorpresa nos invade cuando la gente nos pide fotos como cuando nosotros se las pedimos a un famoso, por poner un ejemplo, les resultas súper curioso, tez blanca, ojos más claros, otros rasgos, al principio te parece raro y agobiante, después te lo tomas a risa y posas.
Acaba el día, aquí a las 7 es de noche, toca volver y cenar, restaurante tibetano, comida muy buena, con picante por supuesto, y para acabar una fiesta de españoles en una terraza, Ginebra indi, y música de todos los gustos.
Mañana más… Cada día una aventura, cada aventura un momento, cada momento una lección.
¿Qué te ha parecido?