Escribiendo esto me doy cuenta de mi realidad…
Hoy toca viaje de Agra a Jaipur capital de Rajastan. De camino vamos parando en pueblecitos y ciudades que tienen su encanto, una de ellas es Sikri, aquí hay una ciudad amurallada con un palacio donde vivía el rey Akbar con sus tres esposas y 5000 concubinas nada más y nada menos, cada esposa tenía su «apartamento» privado, y la tercera tenía una parte más grande y más bonita ya que fue la única que le dio un hijo varón al rey, al lado se encuentra una tumba de Salim chisti, dentro de una mezquita y la puerta más grande de Asia.
Todo esto acompañado de un calor insoportable y miles de niños musulmanes que te siguen para venderte pulseras, bolis, collares etc el sitio es bastante bonito, pero con este acoso se enturbia un poco el lugar.
Hoy el ánimo es más relajado, estamos viviendo otra forma diferente de ver la India, esta vez salimos de un hotel 5 estrellas con su piscina y su silencio, vamos que no tiene absolutamente nada que ver con lo vivido los 3 primeros días, esta es la India resort, lo vivido el primer día se convierte en anécdota que hace dibujar en nosotros sonrisas y alguna carcajada, la sensación es que llevemos aquí mucho tiempo y en realidad solo llevamos 5 días.
Experimentas tantas sensaciones diferentes, tantos sentimientos encontrados, demasiadas cosas en un mismo día que creo que la mente se colapsa y crea un espacio de tiempo irreal.
Aunque sigue sin haber el caos que hay en Delhi, está esa esencia en todas las ciudades, donde la forma de vida es muy diferente a la nuestra, donde creo que «nuestros pobres» viven mejor que la mayoría de aquí. Quizá sea porque estoy comparando una ciudad de 17 millones de habitantes con una de 17 mil, puede ser, pero esto hay que verlo para poder entenderme.
Segunda parada del día, el templo del dios mono Hanuman, data del siglo 7, esta en lo alto de una montaña, un sitio que a mi personalmente me ha recordado a un escenario de película, situado en medio de una roca, donde los estudiantes jóvenes se prepararan para sacerdotes de este dios, rodeados de monos y piscinas naturales (verdes) donde se purifican bañándose hombres y mujeres por separado, por supuesto. Justo al lado se encuentra el templo del dios de amor, Khrisna, donde nos han purificado con perfume y una especie de pulsera, este dios nació hace 5250 años y tenía 16.000 mujeres. Ambas religiones cuentan con muchos seguidores aquí en la India.
Seguimos camino a Jaipur, por lo que creo que es una autopista, pero aquí pueden circular quien quiera, motos, camiones, autobuses repletos de gente y vacas, si has leido bien, vacas en medio las cuales tienes que sortear porque ellas pasean a sus anchas, por el camino y por el asfalto. Después de una parada en lo que ellos definen como cooperativa, esta vez de alfombras, estampados textiles y decoración, donde nos han explicado como elaboran las alfombras una a una, llegamos a Jaipur.
Desconcertada por los pensamientos que vienen a mi cuando me sorprenden cosas que nunca creí que lo harían.
Escribiendo esto me doy cuenta de mi realidad, esa que no concibe una ciudad sin tiendas, centros comerciales y ocio en general, así como bancos, concesionarios, gimnasios, grandes hoteles etc ¿materialista? No lo se, quizás es a lo que estoy acostumbrada por suerte o no, según quien lo piense, ese es mi mundo, pero no por ello rechazo este que estoy conociendo, mundos distintos, pero todos somos iguales, todos tenemos nuestros momentos y todos disfrutamos y aprendemos de ellos.
¿La sensación de hoy? No lo sé.
Plena por haber conocido parte de la historia de esta ciudad, sus templos y la forma de vida en ellos, y parte desconcertada por los pensamientos que vienen a mi cuando me sorprenden cosas que nunca creí que lo harían.
¿Qué te ha parecido?