Peña Gratal

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Hacía muchos días que teníamos pendiente esta ruta, cada vez que pasábamos por Arguis la veíamos y siempre comentábamos que teníamos que subir, al fin nos decidimos pero el tiempo ese día no fue un gran aliado. 

peña gratal

Sobre la actividad

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Cómo llegar

Aparcamos en el parking del embalse de Arguis, cruzamos la presa por el puente y empezamos a caminar por la senda alrededor del embalse.

La cosa empieza en subida y no la abandonas en todo el recorrido. Sigues andando por la senda hasta que llegas a un punto donde hay un punto de información sobre los pozos de hielo que hay en esa zona, allí tienes que seguir por la senda hasta que llegas a una señal que te indica el camino al Pico Gratal.

La subida hasta allí es bastante fácil y llevadera. 

Seguimos subiendo por el gasoducto pero nos gusta mucho más el bosque así que a mitad camino elegimos esa ruta y la verdad que las sensaciones cambiaron mucho. 

Señal hacía el Pico Gratal por el Gasoducto

Por el bosque la subida es mucho más divertida, el olor a pino, las flores silvestres, la senda… todo es mucho mejor, al menos para nosotros. 
Sigues el camino hasta que acaba ese bosque y sales casi casi arriba del collado, rodeado de arbustos y casi casi viendo la peña.

Con las sensaciones buenas, un sol y un cielo azul proseguimos el camino, seguimos subiendo pero el final ya lo vemos más cerca.

Error pensar que tendríamos vistas y solazo arriba, fue andar un kilometro más y entro una nube demasiado densa que nos nubló la parte del caminos que nos quedaba. 

Bajamos por el gasoducto, una bajada un poco empinada y con piedra suelta y emprendemos el último tramo. La tenemos allí, justo encima…

Aquí empieza el último repecho ¡y menudo repecho!

Aprieta bien los dientes, porque es corto pero intenso, la senda esta muy bien, es divertida, pero tus piernas quemaran, tus pulmones demandaran más aire de lo normal y tu mente te dirá que pares… No lo hagas, no queda nada para llegar. 

De vistas no puedo hablar, no se veía nada 🙁

Queda pendiente otra subida para averiguarlas…

Un bocadillo para coger fuerzas y emprendemos la bajada, tal cual por donde hemos subido. 

La verdad que una vez que atravesamos el bosque, se nos hizo un pelin larga hasta llegar al coche pero… allí teníamos una recompensa…

Como siempre firmamos fin de trayecto con una cervecita y buenas sensaciones, aunque esa nube las dejo un poco agridulces. 

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