por Recuerdo cuando estábamos pensando en las vacaciones de verano y buscando destinos donde ir, al final ganó Menorca, para mi un destino desconocido, para él no pero no le importaba repetir y eso era buena señal.
Decidimos ir en barco, llevar nuestro coche así podíamos cargar con varias maletas, nevera, utensilios playeros etc…
¡Qué nervios! ¡Qué ilusión! y aun no lo sabía pero que descubrimiento de isla…
Empezaba el viaje en Barcelona, cogiendo el ferry, pasaríamos la noche allí y a las 7 de la mañana llegaríamos a Menorca.
Por fin amanece y a lo lejos se ve Menorca…
Salimos del barco y nos ponemos destino a nuestro hotel en Cala´n Bosch (10 min en coche).
Era tan pronto que aún no habían puesto las calles jaja
Llegamos, aparcamos y en el hotel nos dicen que hasta las 12 no nos podían dar la habitación, como era lógico el reloj marcaba las 7:30 am ¡Qué no cunda el pánico!
Dejamos todo y nos pusimos a andar para reconocer el terrero y a lo lejos observamos el faro de Faro de Artrutx.
Aún no lo sabía pero este lugar se convertiría en uno de mis favoritos del mundo.
Seguimos andando y en cada paso que dábamos nos gustaba más ese trocito de isla, casitas blancas, urbanizaciones tranquilas y justo al lado del hotel un lago reconvertido en puerto.
Tuvimos suerte y los del hotel nos llamaron en cuanto se quedo una habitación libre y la verdad que menuda suerte si, una habitación impresionante al igual que el hotel, estas vacaciones empezaban muy bien.
El hotel Casas del Lago, no es el típico hotel de edificio grande, no, son pequeñas casas que comparten un jardín que acaba en una inmensa piscina y la paz y tranquilidad van de la mano.
Ese día lo pasamos disfrutando de los alrededores, paseando por el lago y «recuperándonos» del viaje en barco. Teníamos una semana por delante, con una lista repleta de planes por hacer y sitios por descubrir.
Se va el sol y con eso llega el fin de trayecto, mañana empezaríamos a descubrir esta maravillosa isla.
¿Qué te ha parecido?