Acabamos comprando el billete para media hora después, pensamos que ya que estábamos allí lo aprovechábamos. Todo un acierto, nos montamos en el tren y empezamos el viaje hasta el mirador.
El tren tarda unos 40 minutos en subir, el paisaje que te acompaña vale mucho la pena y una vez arriba ves todo, mar y montaña, todas las ciudades de alrededor. Pero es verdad que en 30-40 min lo tienes todo visto y puedes bajar de nuevo.
Hay gente que se lleva comida y otros comen en un bar que hay, pero nosotros decidimos bajar y buscar un sitio en algún pueblecito para comer.
¡Otro acierto! Gracias a esa decisión, nos dio tiempo a conocer pequeñas aldeas y pueblecitos típicos vasco-franceses.
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