Finde de relax en el Balneario de Panticosa

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Es hora de desconectar cuerpo y mente, después de días intensos de trabajo y de acabar casi con toda la energía de mi cuerpo y mente decidimos que era hora de regalarnos un finde con el objetivo de cargar pilas, levantar la cabeza del móvil y volver a nuestro ser. 

Destino elegido, Balneario de Panticosa.
No me esperaba un entorno así, parece un mini pueblo con restaurantes hoteles y el Balneario.
¿El plan? Sencillo, sin prisas, sin planes y un paseo por el spa 😉

A la llegada después del check in y ojear la habitación, un pequeñito paseo por la zona y una cena italiana, en el restaurante italiano que hay aquí.
Una ensalada de burrata y tomate y un  carpaccio ternera, bastante bueno todo.

Llega el sábado, primer «plan» toca desconectar la mente. Empezamos el GR 11 hacia el refugio de Bachimaña y el Ibon Azul inferior (alucinante). Objetivo cumplido, móvil en la mochila, sin datos y solo disfrutar de las vistas ¡y que vistas! Rodeada de cascadas y árboles, mientras subo hacia el ibon este post se va creando solo en mi cabeza… No lo puedo evitar, de formación profesional o que cuando algo lo siento de verdad me salen las palabras solas sin pararme a pensar…Que bueno es moverse, cambiar de rutina y disfrutar de las vistas alucinantes que la naturaleza nos regala.
El ibon Azul inferior (mi catarro y dolor de garganta no me dejaron llegar al superior) pero este es de los más bonitos que conozco y la ruta hasta llegar para mi genial. Si juntas agua, piedras y verde mucho verde yo soy feliz.

6 horas después volvemos a la «civilización», cervecita tirados en el césped y esperando la gran recompensa… Ese spa del balneario, donde será el turno de recuperar el cuerpo.

Me declaro persona acuática y este spa me cautivó, como todos tiene piscinas y duchas de contrastes pero dos de las piscinas… ¡Me hubiera quedado allí horas! Las dos exteriores pero distintas, la primera con agua calentita y vistas a dos cascadas y a la montaña por la que he subido a 2300 metros…
La otra, agua caliente también, pero una sensación diferente, entras como a una especie de cubículo enorme donde el silencio es lo que predomina, te tumbas boca arriba (haciendo el muerto en el agua) y ves el cielo… y ahí estas tu, el  agua, silencio y las nubes… Cuerpo y mente desconectan a la vez.

Último día, nos despedimos del fresquito y del silencio… No antes sin visitar la cascada que está justo al lado del balneario, muy accesible y muy bonita la verdad, me daban ganas de sentarme con un libro y que pasara el tiempo…

En fin, objetivo cumplido cuerpo y mente recuperados. Por el momento… Fin de trayecto 😉

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