Pero hemos conocido un trocito de paraíso Indio.
No podía dejar escapar ni un minuto de tiempo en ese lugar, así que antes de dejarlo, un paseo por la playa, viendo como salía el sol, y el último baño en esa piscina spa porque estaba a 30 grados el agua. Fue una gran despedida.
Ya en el aeropuerto, esperando a embarcar rumbo a Delhi, mi cabecita pensante que nunca para, apretó el acelerador. La sociedad hindú, bajo mi punto de vista y por lo que me han contado, es machista, las mujeres son respetadas más que en otras sociedades, tienen más libertades y derechos, pero aún cuesta ver a una mujer trabajando en cualquier lugar donde vayas. Por cada 20 indios que te cruzas por el camino, puedes cruzarte con una mujer. Ayer en el aeropuerto mientras esperábamos que se abriera la puerta mire a mi alrededor, y el 95% de las personas que estábamos ahí eran hombres. Había familias con hijos e hijas pequeñas, y no han pequeñas. Cuando yo pienso en familia, me viene a la mente unos padres que se quieren y que por eso tienen hijos. Aquí no es así. Aquí los matrimonios no se quieren, o al menos al principio. Casi todos o la gran mayoría son matrimonios concertados. Y si observas cuando te cruzas a una de ellas, el padre es cariñoso con los hijos, igual que la madre, pero el matrimonio entre si, no se ve ningún gesto de cariño o simplemente de complicidad.
Esto me causa mucha curiosidad, porque me gustaría saber que sienten esas mujeres que tiene que dejar a su familia para irse a vivir con un desconocido y sus padres.
Aterrizamos en Nueva Delhi, con cierta tristeza, pero la sensación de volver a casa.
Fue llegar y notar el efecto sauna en mi cuerpo, volver a sentir como me evaporaba por momentos y como no, nueva aventura sobre ruedas. Cogimos una especie de taxi- furgoneta- cosa que se iba a desintegrar en cualquier momento. Teníamos que ir a nuestro barrio viejo, coger maletas y llevarlas a nuestro nuevo hotel. Creo que fue el viaje más largó de mi vida y más caluroso. La muralla China al lado de ese viaje se queda corta. Pensé que jamás llegaría al hotel dentro de ese cacharro con 6 maletas enormes. Después de recorrerme medio Delhi, o Delhi entero con toda su «belleza» y realismo sin filtro, por fin, vi el hotel y volví a respirar.
Nuevo día en Delhi, le voy a dar la 3 oportunidad.
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